martes, 22 de septiembre de 2015

21 de Septiembre... En honor al día del Estudiante y al día de la Primavera!!! Combinación perfecta para no perder la Esperanza!!!!!!!




miércoles, 16 de septiembre de 2015


Bibliotecas y aprendizaje digital: el conectivismo (I)


conectivismo
Comenzaré una serie de post donde relacionaré las bibliotecas ante diferentes teorías del aprendizaje digital especialmente enfocado en las redes sociales. En esta oportunidad comenzamos con el conectivismo.

Acercamiento inicial

Hace más de cuatro años que me topé con la teoría del conectivismo como un campo de acción y reflexión del aprendizaje digital que tiene en cuenta al entorno de la Web Social y el aprendizaje en las redes sociales. Aunque se suele asociar esta “teoría” a los cursos abiertos masivos en línea (MOOC’s), el conectivismo es anterior y es una consecuencia a las reflexiones de Stephen Downes y George Siemens. Esta visión del aprendizaje digital a través de las redes sociales de la cual me siento muy identificado, y además la llevo a la práctica constantemente. Incluso me he animado a relacionarla con las bibliotecas y el lugar que deberían cumplir teniendo en cuenta el aprendizaje digital utilizando herramientas de la Web 2.0.
Aún hoy y con tantos cambios tecnológicos acelerados, noto que mi preocupación sigue siendo qué papel deberían ocupar las bibliotecas en el entorno de las nuevas formas de aprendizaje digital. En verdad aún no lo tengo claro. No encuentro bibliotecas en el mundo digital que me inspiren nuevos servicios que tengan en cuenta estas líneas emergentes. Que se animen a ir más allá. Esto es bueno y malo. Lo bueno es que presenta un desafío para crear el camino. Lo malo que no veo que se sigue apostando a la visión bibliotecaria tradicional. Sin embargo, el desafío es encontrar el germen de lo que está viniendo y todavía nos cuesta identificar esas disrupciones bibliotecarias. Sacarnos las anteojeres del ayer nos impiden mirar hacia el futuro y construirlos con otros ojos.
Las bibliotecas en esta era no pueden dejar de aprovechar la posibilidad de ser líderes en el aprendizaje en red. Una biblioteca que no aprende junto y a través de todas las conexiones que puede establecer con otros dejará de existir. Será un ancla del pasado y no posibilitará a sus comunidades el crecimiento necesario para ser parte de esta sociedad del conocimiento. Generar la conexión entre usuarios, expertos y alumnos en constante aprendizaje es una de las nuevas funciones de la biblioteca conectiva.

Notas breves sobre el conectivismo y bibliotecas

Conectivismo se llama a una teoría del aprendizaje para la era digital, que explica el aprendizaje complejo en un mundo social digital en rápida evolución. Se basa en la obra de los pensadores como Siemens y Downes. En la teoría, explican estos autores, el aprendizaje se produce a través de las conexiones dentro de las redes. El modelo utiliza el concepto de una red con nodos y conexiones para definir el aprendizaje. El conectismo integra los principios explorados por la teoría del caos, las redes neuronales, complejidad y auto-organización.
Para esta teoría, el aprendizaje es un proceso que ocurre dentro de una amplia gama de ambientes que no están necesariamente bajo el control del individuo. Es por esto que el conocimiento (entendido como conocimiento aplicable) puede residir fuera del ser humano, por ejemplo dentro de una organización o una base de datos, y se enfoca en la conexión especializada en conjuntos de información que nos permite aumentar cada vez más nuestro estado actual de conocimiento.
George Siemens, uno de los promotores de esta teoría junto a Stephen Downes, establece los principios del conectivismo de los cuales las bibliotecas mucho tenemos que ver:
  • El aprendizaje y el conocimiento yace en la diversidad de opiniones.
  • El aprendizaje es el proceso de conectar nodos o fuentes de información.
  • No sólo de los humanos se aprende, el conocimiento puede residir fuera del ser humano.
  • La capacidad de aumentar el conocimiento es más importante que lo que ya se sabe.
  • Es necesario nutrir y mantener las conexiones para facilitar el aprendizaje continuo.
  • La habilidad para ver las conexiones entre los campos, ideas y conceptos es primordial.
  • La información actualizada y precisa es la intención de todas las actividades del proceso conectivista.
  • La toma de decisiones es en sí misma un proceso de aprendizaje. Escoger qué aprender y el significado de la información entrante es visto a través de la lente de una realidad cambiante. Es posible que una respuesta actual a un problema esté errada el día de mañana bajo la nueva información que se recibe.
En el 2011, preparé una charla donde presenté el conectivismo relacionado con las bibliotecas  y hoy quiero compartir más reflexiones, un tanto teórica y abstractas, sobre una adaptación en versión libre de un decálogo de la educación conectivista realizado por Pablo Bongiovanni.
1. Bibliotecas es conectar personas con oportunidades.
Dejar de ser espacio de lectura, para generar encuentros de los usuarios – personas con oportunidades de crecimiento, de mejorar sus capacidades de aprendizaje, de ampliar sus conexiones con otros campos del conocimiento. La biblioteca totalmente dinámica en su máxima expresión y que potencie a sus comunidades con mejoras permanentes hacia sus comunidades.
2. Bibliotecas es conectar experiencias con conocimientos.
En esas conexiones promovidas por las bibliotecas, estás deberán ser un campo completo de experiencias de las cuales el aprendizaje se traduzca en conocimientos. Esta tarea implica ir más allá de ser un lugar de acopio de información y está ejemplificada con la visión de creación de espacios maker y labs en las instalaciones bibliotecarias. Obviamente que el bibliotecario además debería tener un perfil hacia el conocimiento más que a la información.
3. Bibliotecas es conectar (o ayudar a que se establezca una o más conexiones) en el preciso momento en que la “tubería” falla (porque si algo puede fallar, va a fallar).
Las bibliotecas siempre nunca deben dejar de conectar. Es el nodo donde se implicaría a los usuarios con el conocimiento tal como lo establecimos en el punto anterior. Aunque agregamos que cuando fallan todas las fuentes digitales y la internet abruma la biblioteca ayuda a encontrar otros caminos hacia la información y el conocimiento. La “falla” es el preciso momento del silencio y el ruido informacional. La biblioteca “nunca” falla, si trabaja como corresponde en todos los entornos.
4. Bibliotecas es conectar experiencias.
Una biblioteca que tiene como premisa enlazar la diversidad de experiencias con los usuarios en esta era de la sobreinformación es una biblioteca que tiene en cuenta el aprendizaje con otros. Sea en forma presencial y digital. Se promueve la diversidad de usuarios como principal activos para enriquecer el aprendizaje a través de entornos digitales.
5. Bibliotecas es conectar/se a una experiencia.
Conectar experiencias es asociar su espacio al movimiento, en contra de la quietud la biblioteca que trató de asociar desde el siglo pasado. Es hora de conectar con el hacer, con producir, con el crear, con construir la vivencia del conocimiento. Una biblioteca aburrida es un almacén de libros impresos, o un repositorio de información digital.
6. Bibliotecas es conectar para que otros aprendan a conectar.
El aprendizaje permanente de la conexión es otra de las premisas no sólo en forma individual, sino en forma colectiva, social. La biblioteca potencia y fomenta la diversidad de aprendizajes a través de redes sociales presenciales y virtuales. Aprendemos a en la biblioteca a dejar de tener en cuenta la falta división entre lo presencial y lo virtual. Ya no existen compartimentos estancos. Enseñar a conectar es la base del conectivismo que la biblioteca tiene que apostar desde sus estanterías devenidas en “tuberías”.
7. Bibliotecas es conectar personas con contenidos.
Las bibliotecas siguen siendo importante lugares donde los contenidos tienen un rol imprescindible en una sociedad donde se lo líquido se convierte en estable. Y también es un espacio todavía donde las personas necesitadas de información llegan a ellas.
8. Bibliotecas es conectar personas.
Biblioteca como lugar de conexión personal. Por eso ninguna biblioteca debería dejar de estar en las redes sociales. Ayudan a las personas a encontrar a otras que son fuentes de información más amplia al conocimiento que  ellas tienen. Los espacios de la biblioteca hace que me pueda conectar con aquellas personas que amplían mi conocimiento del mundo y de las cosas.
9. Bibliotecas es conectar un contenido con una o más “tuberías”.
Otra vez las bibliotecas que adoptan esta visión adoptan un paradigma cada vez más activo. Poner en relación el conocimiento con otros puntos donde se pueda seguir construyendo y generando sabiduría. No existe otro espacio o institución social que tenga tan importante misión. Por eso la biblioteca de paredes de ladrillos deja de tener sentido.
10.Bibliotecas es enseñar a des-conectar.
Dejar de lado un momento los dispositivos móviles. La tecnología invasiva de la intimidad. Aislarse un momento. Disfrutar el silencio y la soledad. La biblioteca también tiene que enseñar cuándo es el momento de desconectar. Tendría que ser el “lugar” para eso, porque la vida obviamente tiene sentido más allá de nuestras extensiones comunicativas tecnológicas del cuerpo. Esto sin demonizar la tecnología, ni sacralizar.
Fuentes:

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Co-fundador y director de Aprender3C. Máster en Redes Sociales y Aprendizaje Digital (UNED), Especialista en Educación y Nuevas Tecnologías (FLACSO), Bibliotecólogo (Instituto Mignone), Bibliotecario de Instituciones educativas (Instituto Ciudad de Mercedes), licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA). Trabaja como bibliotecario en la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Luján. Docente en la carrera de Tecnicatura Superior de Bibliotecología en el Instituto Mignone de Luján. Formador de formadores bibliotecarios latinoamericanos en el programa "Taller de Bibliotecas en el mundo digital" de la subdirección de Bibliotecas del Ministerio de Cultura de España e IFLA/LAC.

jueves, 10 de septiembre de 2015

13 de septiembre

Día del bibliotecario

“Más de Cuatro Siglos de quehacer bibliotecario arrojan hoy un saldo fecundo; desde la creación de la Biblioteca Mayor de la Universidad de Córdoba a principios del siglo XVII hasta la fecha, el desarrollo bibliotecario argentino ha sido constante, se crearon miles de bibliotecas de todo tipo a lo largo y a lo ancho del país, se afianzó la formación profesional del bibliotecario, se organizaron asociaciones profesionales a nivel nacional y provincial y se gestó una literatura bibliotecológica que refleja a una profesión en permanente evolución”.
Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina
Los Orígenes de la Fecha En la Gazeta de Buenos Aires, en 1810, edición del jueves 13 de septiembre, encontramos un artículo titulado EDUCACIÓN, firmado con el seudónimo Veritas. Algunos autores indican a Mariano Moreno como autor, otros a Manuel Belgrano, puesto que ya había publicado sobre el tema en su periódico Correo de Comercio, utilizando el mismo epígrafe.
En dicho escrito leemos, entre otras cosas, lo siguiente: “... ha resuelto la Junta formar una Biblioteca Pública, en que se facilite a los amantes de las letras un recurso seguro para aumentar sus conocimientos. Las utilidades consiguientes a una Biblioteca Pública son tan notorias, que sería excusado detenernos en indicarlas...”-“... por fortuna tenemos libros bastantes para dar principio a una obra, que crecerá en proporción del sucesivo engrandecimiento de este pueblo.
La Junta ha resuelto fomentar este establecimiento...” “... nombrando desde ahora por Bibliotecarios a el Dr. D. Saturnino Segurola y al Rvdo. P. Fray Cayetano Rodríguez.” y “... nombra por protector de dicha Biblioteca al Secretario de Gobierno Dr. Mariano Moreno...” De este texto se desprende que el doctor Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodriguez, fueron los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la independencia de la República, aunque poco pueden realizar por la biblioteca.
El Padre Segurola que es nombrado recién el 28 de diciembre, renuncia al cargo pocos días después. Con fecha 30 de enero de 1811, en la misma nota de renuncia de Segurola, se encuentra la designación del P. José Luis Chorroarín, por solicitud de Mariano Moreno, como Bibliotecario.
No se ha podido ubicar documentación que indique su designación como Director, pero sí existen distintas referencias que lo reconocen como tal. Fue pues el primer Director y también el primer Bibliotecario. De la designación de Fray Cayetano Rodríguez no existe ninguna documentación al respecto.
Si se sabe de sus tareas en el Convento de San Francisco. Se contaba sólo con un local y dos bibliotecarios. Eran cinco habitaciones en los altos de la esquina de las hoy calles Moreno y Perú. Por entonces eran las calles de la Biblioteca y de los Representantes. Los dos bibliotecarios, en orden jerárquico: Fray Cayetano Rodríguez y Presbítero Saturnino Segurola.
A los pocos meses, en 1811, otro sacerdote, Luis José Chorroarín, reemplazó a Cayetano Rodríguez. Los cargos se denominaban primer y segundo bibliotecario. Y esto era todo; a partir de allí el ingenio tendría que ser el principal capital. Y lo fue. Extracto de El Negro de la Biblioteca Por José Luis Trenti Rocamora.
En enero de 1811 asumió la dirección Luis Chorroarín, y bajo su dirección la Biblioteca Pública abre sus puertas el 16 de marzo de 1812. Chorroarín mantendría en el cargo hasta 1821, cuando mediante un decreto de Martín Rodríguez fue reemplazado por Saturnino Segurola.
Desde 1822 a 1828 ejerció el cargo Manuel Moreno, hermano de Mariano, y la biblioteca contaba en ese entonces con un patrimonio considerable: en 1823. El 5 de octubre de 1884 fue designado el primer Director Nacional, y desde ese momento es conocida oficialmente como Biblioteca Nacional.
Se establece el Día del Bibliotecario El día 13 de septiembre fue establecido como “Día del Bibliotecario” por el Congreso de Bibliotecarios reunidos en Santiago del Estero en el año 1942 y fue instituido como “Día del Bibliotecario” a nivel nacional, en 1954, mediante sanción del Decreto Nro.17.650/54, en homenaje a los bibliotecarios de todo el país.
Este día se corresponde con la edición de la “Gaceta de Buenos Aires” del 13 de septiembre de 1810, en la que apareció un artículo titulado Educación, escrito por Mariano Moreno, en el que informaba sobre la creación, por la Junta de Mayo, de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, hoy Biblioteca Nacional y de los nombramientos del Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, quienes fueron los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la Independencia de la República.
Esta fecha tiene un gran valor histórico y cultural porque la Biblioteca Nacional fue creada a inspiración del Dr. Mariano Moreno, Secretario de la Primera Junta de Gobierno de la Revolución de Mayo.
En uno de los tantos ensayos del prestigioso filósofo y pensador español, José Ortega y Gasset , encontramos la siguiente expresión “A mi juicio la misión del bibliotecario habrá de ser, no como hasta aquí, la simple administración de la cosa libro, sino el ajuste, la mise au point de la función vital que es el libro.”
Y Marcel Prevost dijo: “El Hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma.” El oficio del bibliotecario se encuentra indisolublemente unido al origen del libro como producto cultural que contiene el registro gráfico del conocimiento y como medio de comunicación a largo plazo.
En el primer caso encontramos al bibliotecario como guardián de libros y, en el segundo, como su organizador, proveedor y facilitador, por consiguiente, como profundo conocedor de sus contenidos, dando como resultado dos extremos entre los que oscila el oficio: inquisidor y erudito.
Estos profesionales, se han preparado durante años, para apoyar la formación de nuestros jóvenes en las aulas, para colaborar en el desarrollo científico del país, al interior de los centros de investigación, o construyendo una Argentina más grande.
Es el día en el que se reconoce la actividad de los bibliotecarios en todos los sectores en los que se desarrollan, labor que es de gran importancia para nuestra sociedad, una sociedad en la que el recurso más valioso es el conocimiento, por lo que el bibliotecario se convierte en un puente entre las necesidades de información y los medio con los que aquellas se pueden satisfacer.
Todos los 13 de septiembre y si es posible todos los días del año, forme parte del gran sueño del bibliotecario, la lectura, que sin dudas ayuda a cambiar el mundo y a ser cada vez mejores.
Todos los años, ABGRA celebra este día tan significativo para los bibliotecarios y aprovecha esta oportunidad para realizar la entrega del Premio ABGRA a los egresados con los mejores promedios de las Escuelas de Bibliotecología de todo el país. En ese acto nos acompañan autoridades nacionales, personalidades del libro y la cultura y distinguidos profesionales del quehacer bibliotecario. Fuente: Ministerio de Educación de la Nación. Día del Bibliotecario. Universidad Nacional de San Luis

jueves, 11 de junio de 2015

Bibliotecas en busca de sus 5 minutos de gloria en los medios sociales

11 JUNIO, 2015 AT 16:46
Somos egoístas. En los medios sociales queremos el tiempo de los internautas. Queremos que nos miren y que nos lean. Además queremos que les guste lo que hacemos y que lo compartan con sus contactos y nos comenten. Queremos tener más seguidores que nadie, más RTs, más favoritos… ¡lo queremos todo!… pero, ¿sabemos qué quieren los usuarios (y no usuarios) de nuestras bibliotecas? Es más, ¿qué estamos dispuestos a hacer o dar a cambio de su tiempo?
Bibliotecas en busca de sus 5 minutos de gloria en los medios sociales
Los internautas españoles se conectan una media diaria a Internet de 4 horas, de las cuales casi 2 horas son para estar en las redes sociales. Las bibliotecas tienen que llamar la atención para que las miradas de esos internautas que se conectan 2 horas al día vayan para ellas. En el mundo de los medios sociales la competencia es voraz. Cualquier persona, organización o marca puede ser tu competencia y quitarte la atención de tus usuarios. No hay nada más que ver que estamos compitiendo por la atención de los internautas contra Coca-Cola, Real Madrid, Zara, El Rubius… Las comparaciones son odiosas, pero son los que realmente se pueden llevar la atención de nuestros usuarios.
Y no es solo la competencia que puedan tener las bibliotecas, sino que también es conocer los principales motivos por los que los usuarios están en las redes sociales. Las principales razones por las cuales usamos las redes sociales son estar en contacto con amigos, mantenerse al día de noticias y eventos de actualidad, y llenar el tiempo libre que se tiene.
De esas 2 horas que los usuarios pasan en los medios sociales al día la mayor parte se va para estar en contacto con amigos, puede que para la biblioteca solamente haya 5 minutos (como mucho). ¿Poco tiempo o tiempo más que suficiente como para aprovecharlo y llamar la atención de los usuarios? ¿Estás dispuesto a aprovechar ese tiempo? ¿Estás dispuesto a hacer que con tus contenidos los internautas no pierdan el tiempo y acaben abandonándote? ¿Quieres que te miren?… ¡Pues entretén, ayuda e informa a tus usuarios!
Y sí… la presencia de la biblioteca en los medios sociales es una carga de trabajo, pero… ¿quién tiene miedo a trabajar en el trabajo? ¿Quién no busca la satisfacción propia por el trabajo bien hecho?

Fuente :http://www.julianmarquina.es/

jueves, 2 de abril de 2015

¿Qué será de nuestras fotos dentro de 10 años?

Muchas de las numerosas imágenes y vídeos que hoy hacemos corren el riesgo de desintegrarse por completo. La vida media de un disco duro son 6 años

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Diego Collado analiza la estética de las fotos digitales dañadas en su exposición Data Recovery.
El fotógrafo estadounidense Levi Bettweiser reveló recientemente 31 carretes de fotografías de la Segunda Guerra Mundial que adquirió en una subasta. A pesar de las décadas transcurridas las imágenes permanecían en bastante buen estado. No son las únicas fotos que Bettweiser ha rescatado del olvido, pues en su proyecto Rescued Filmdifunde en internet fotos de carretes que le han sido donados.
Las extraordinarias imágenes de la fotógrafa anónima Vivian Maier, o las que guardaba la maleta mexicana de Robert Capa, han llegado hasta nosotros gracias a la perdurabilidad de la plata de los negativos. ¿Lograrán nuestras imágenes digitales sobrevivir dentro de 10, 20 o 50 años? Al margen de si las guardamos en un disco duro o en la nube, no está nada claro que superen el paso del tiempo de la misma forma que las registradas en un negativo fotográfico.
En la exposición Data Recovery del fotógrafo Diego Collado, que estos días puede verse en la Escuela Blank Paper de Madrid, es posible comprobar que las fotos digitales pueden deteriorarse. Las imágenes que se pueden ver en la muestra provienen de tarjetas de memoria de segunda mano compradas por Collado. Aunque sus propietarios originales pensaron que las imágenes que almacenaban en ellas desaparecieron al borrarlas, Collado las trajo de vuelta usando el programa que da título a la exposición.

En ningún caso su vida útil será comparable a la de soportes analógicos, como un disco de vinilo o una película fotográfica
Aunque en principio buscaba solo recuperar fotos intactas por correo electrónico, Collado cuenta que “sucedió lo inesperado: una de las imágenes se recuperó parcialmente y el vacío resultante aparentaba ser rellenado con arbitrariedad. Éste es el momento que me lleva al orgasmo mental. Reconocer que el relleno no era arbitrario, sino subjetivo (...) Podemos comenzar a pedirle a los ordenadores y programas respuestas que anteriormente habíamos considerado ser cuestión de opinión. Por ejemplo, qué color le va mejor al amarillo”.
La elección de las imágenes que realizó Collado no fue aleatoria, pues escogió aquellas que “contenían un vacío en la porción crucial de la imagen, que permitiría de otro modo, comprender exactamente qué ocurría en ellas, un vacío que permite a cada lector malinterpretar cada relato”, explica. Pero ese vacío del que habla este creador puede llegar a ser total. Pues muchas de las numerosas fotos y vídeos que hoy hacemos corren el riesgo de desintegrarse por completo.

¿Es segura la nube?

Hace unos meses, el servicio de copias de seguridad en la nube Backblaze intentaba responder a una pregunta que tiene difícil respuesta: ¿cuál es la vida útil de un disco duro? A partir de datos estadísticos y a las conclusiones de diversos estudios, entre ellos uno que realizó Google en 2007, se llegó a la conclusión de que la vida media de estos dispositivos de almacenamiento es de seis años. Eso no quiere decir que no haya discos que sigan funcionando durante mucho más tiempo, aunque en ningún caso su vida útil será comparable a la de soportes analógicos, como un disco de vinilo o una película fotográfica.

La mejor estrategia es realizar copias en dispositivos físicos y en la nube
Tampoco la nube parece un lugar completamente seguro para almacenar nuestros datos a largo plazo. El mayor cataclismo en el almacenamiento de datos en internet que se ha dado hasta la fecha fue el del cierre de Megaupload. A pesar de que sus servidores se usaban en gran medida para compartir películas y series, muchos también los usaban para almacenar sus fotos en el servicio especializado Megapix. Todo ese material se perdió cuando el FBI clausuró el servicio. Otros casos menores, pero también significativos, fueron los del cierre por causas económicas del espacio de almacenamiento Ubuntu One o el del servicio de publicación de imágenes Fotopedia.
Pero la desaparición de un servicio de esa clase no es el único riesgo para los que lo usan. Aunque no es frecuente, en ocasiones también se producen fallos y se pierden datos. Flickr, por ejemplo, eliminó por error la cuenta de un usuario con 4.000 fotos. Algo similar sucedió con un número indeterminado de cuentas de Dropbox. Otro riesgo de la nube es que alguien pueda acceder a nuestra información sin nuestro consentimiento, como sucedió en ecelebgate.


Narrative Clip 2, una pequeña cámara que se lleva adherida a la ropa y que capta una foto cada 30 segundos. /NARRATIVE
A pesar de todo, cada vez se confía más en Internet como soporte para almacenar recuerdos. Tanto es así que se acaba de anunciar el lanzamiento de Narrative Clip 2, una pequeña cámara que se lleva adherida a la ropa y que capta una foto cada 30 segundos. Las imágenes tomadas con ella se pueden almacenar en un servicio online creado específicamente para este dispositivo.
La mejor estrategia para que nuestras imágenes digitales no terminen desapareciendo con el paso del tiempo es realizar copias de ellas en dispositivos físicas y en la nube. Incluso no está de más crear nuestra propia nube personal. Diversas marcas de dispositivos de almacenamiento ofrecen pequeños servidores domésticos para que podamos guardar y consultar desde un ordenador, móvil o tableta nuestra información.
Entre los más interesantes están los de la empresa Synology, sobre todo por su software DiskStation Manager. Usándolo con modelos de esta marca destinados a un uso personal, como DiskStation DS115j, podemos prescindir, o al menos no depender completamente, de servicios online de almacenamiento privado. Pero además de almacenarlas digitalmente, lo que también resulta bastante seguro es obtener copias fotos en papel, al menos de las más importantes, y pegarlas en uno de esos álbumes que pasan de generación en generación. A día de hoy, ese sigue siendo el método más infalible para que una foto no se extravíe.
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